Digamos, que fue en noviembre
Que recreando tus transparentes ojos
Volviste la espalda a los errores
Y caminaste a mi lado
Pero triste.
Aprendí a ser gris,
Sabedora de ese silencio tuyo
Me fui pareciendo a las paredes
A la puerta y a todos los objetos.
Al fin agradezco la
mirada tuya
Iluminando el claroscuro de la pieza.
El brillo de la vieja mesa,
su desnudez totalmente
involuntaria...
la impávida madera, el plato,
y tu
llegando con
el caldo...
1 comentario:
Bellamente melancólico!
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